Vicente Sancho, arquitecto del Modernismo Valenciano.
- Alejandra Nicolau
- 25 jul
- 3 Min. de lectura
Este es el primer post de la categoría de <<Comentando a...>> la cual tiene la intención, de volverse un recuento sobre algunas obras e ideas de arquitectos y teóricos de la arquitectura del pasado, así como también después espero que esta sección crezca y en algún futuro se llene de entrevistas a arquitectos-arquitectas de la actualidad, para cuestionarnos sobre ciertos conceptos que construyen nuestro pensamiento de diseño arquitectónico.
Creo que la manera para saber ¿Cuál es nuestro pensamiento de diseño arquitectónico? Se podría resumir en tres grandes ramas, la primera: 1.- La teoría que nos influyó (La escuela, los arquitectos y teóricos que aprendimos) , 2.- La obra construida (Referentes) y 3.- Nuestro contexto (histórico, social, cultural, tecnológico y político) -Ese último paréntesis parecía trabalenguas-. Por lo tanto, solo hacer el ejercicio de definir ¿Cuál es la arquitectura de cierto autor? podría ser un análisis muy extenso.
La intención de este post es hablar de la obra de Vicente Sancho Fuster -aunque también quiero confesar que será un análisis muy poco profundo de su obra y de su persona-, pero lo escogí a él porque fue el Arquitecto que diseñó aquel Cementerio Protestante Inglés, que investigue ya hace muchos años, y quizás todo es culpa del valor de la nostalgia, acrecentado a que ya era momento para volverme a México, después de mi estancia de investigación en Valencia.

El Cementerio Protestante Inglés de Valencia, específicamente el cuerpo de la Capilla Funeraria, fue diseñado persiguiendo el estilo conocido como Modernismo Valenciano, estilo reflejado en las demás obras de Vicent Sancho. -La verdad que querer definir este estilo me pone un poco nerviosa, porque siento que corro peligro de persecución en caso de equivocarme, por lo que cobardemente tampoco profundizaré-.
El Modernismo Valenciano, es un estilo arquitectónico desarrollado en la Comunidad Valenciana, en los finales del siglo XIX y la principios del XX, que tiene una personalidad propia, con elementos regionales, empleando temática y ornamentación de la naturaleza como flora y fauna local, una predilección estética sobre las formas libres y las curvas, la utilización de cerámica vidriada y herrería escultórica. En Valencia existen ejemplos de gran notoriedad como la: Estación del Norte y el Mercado de Colón.

Entonces, como les decía anteriormente fue por esta nostalgia a la obra de Vicente en el Cementerio, la cual es muy bella y cuenta con muchísimo simbolismo, que decía investigar un poco más sobre que otra obra suya se encontraba en la ciudad de Valencia, y encontré aún de pie, tres casas: una en la calle de Xàtiva (la foto superior), otra en la calle de Bordadores y la otra en la gran vía del Marques del Turia, No. 36, conocida como <La casa de los Pajaritos>, la cual les debo la foto.
Un poco de información sobre Vicente Sancho Fuster (es que nació en Valencia en 1874 y murió en 1910), ejerció su carrera profesional en Valencia y de acuerdo a muchas otras fuentes de internet y el libro de Arquitectura Modernista Valenciana de Goerlich, fue compañero de Universidad y amigo del arquitecto Vicente Ferrer Pérez, autor del edificio Ferrer, también en Valencia. Finalmente el arquitecto, nos legó poca obra ya que muere a la temprana edad de 35 años.

El edificio ubicado en Bordadores, se encuentra en una ubicación privilegiada, a un costado de la Catedral de Valencia, actualmente al costado de un nuevo museo que esta por inaugurarse, lo que antes fue la casa del relojero, será ahora un centro interpretativo del Santo Grial, pero desafortunadamente, lleva varios años que noto que empeora su estado de conservación.
Por lo que, si este pequeño post los motivo a hacer un recorrido por la Valencia Modernista los invito a incluir los edificios de Vicente, o que mejor hacer uno de él, que comience en el Cementerio General, luego al Inglés y después conocer su arquitectura doméstica, -no olviden visitar el bar que tiene en la parte inferior el edificio de Bordadores, que aún conserva la mayoría de sus elementos interiores- y también deténganse a contemplar la fachada, la expresividad de la herrería en sus balcones y las molduras florarles que coronan las ventanas. Luego pueden tomarse un café en el local que esta en la calle de Xàtiva y caminar por las calles del Marqués del Turia, hasta topar con una fachada ricamente decorada con golondrinas e imaginarse al arquitecto diseñando cada uno de los detalles en una muy elegante simetría.



Me parece una entrada valiosa dentro de la categoría “Comentando a…”, porque rescata figuras menos conocidas del panorama arquitectónico. Dar visibilidad a arquitectos locales/regionales enriquece el discurso del patrimonio. En este tipo de artículo me gustaría ver imágenes de sus obras, comparaciones estilísticas con contemporáneos, y referencias a cómo su obra dialoga con el entorno urbano actual.
Me pareció muy interesante conocer más sobre un arquitecto que tuvo tanta influencia en la identidad urbana de Valencia. A veces se habla mucho de los grandes nombres internacionales, pero conocer figuras locales ayuda a entender cómo se formó el carácter arquitectónico de una ciudad. Además, el texto me hizo pensar en cómo los estilos del pasado, como el modernismo, pueden inspirar propuestas contemporáneas que mantengan un diálogo con la historia y el contexto.
Me parece una propuesta muy interesante, porque no solo recupera ideas del pasado, sino que también abre la posibilidad de conectar con la visión de arquitectos actuales. Creo que eso enriquece mucho el diálogo sobre diseño arquitectónico.
que interesante la perspectiva de este autor
me gustó cómo se relaciona la idea del pensamiento de diseño arquitectónico con la teoría, la obra construida y el contexto, porque si es verdad que nuestra manera de diseñar siempre está influida por esas tres ramas. creo que la invitación a recorrer Valencia a través de las construcciones de Vicente es una gran forma de valorar su legado, aunque sea reducido por su corta vida. al final sentí que el texto transmite admiración y el deseo de rescatar la memoria de un arquitecto que merece más reconocimiento.